Virgilio
Aún despiertan de las velas i el retorno a aquella isla. Nadie esperó tejiendo historias ni recuerdos. Todo asedio antiguo fue olvidado. Atrás las ruinas i las muertes de otras horas: ya ajenos quedan restos de ciudades que no fueron más que un nuevo apronte. Hay un faro para éstos que cansados vienen a encontrarse en el delirio de colores que se abren desde el cielo, i suave llueve el viento Sur sobre el templo de su piel ahora en las caricias i el arribo al descanso de todos sus designios.
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