la llovizna
de las baldosas heladas
y el puerto a media tarde
el invierno se apoya
en mi ventana.
Me amenaza con no partir
Hasta más no poder
me redimo
en mi cuarto de sequía.
El viento llora humedad
sobre los techos
sobre los rostros maquillados
sobre las manos extendidas.
1 comentario:
¿Qué será de las manos del viento una vez que se manchen de humedad y rostros sedientos?
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