FRONTERA SUR

El último adiós, de Juan Pablo Riveros

(Punta Arenas, 1945)







Me he quedado para siempre
en la latitud de los ochenta grados
y ocho minutos.
Salí de la escotilla
sin volver la vista.
Como restos de un naufragio,
ahí quedan la tiniebla,
el cansancio,
el humo
y el oro desvalido de occidente.
Me llevo la belleza,
el milagro,
este frío trozo de infierno
en un menudo y difuso paraíso,
un simple e inútil edén,
una oveja esculpida por los fríos
y el antojo de las nieves mundanas.
Grandes mesetas de limpios fríos,
llevo.
Y un cielo,
un fragmento de galaxias,
un maná caído de la oscura estepa
de burbujeantes estrellas ignotas.
Parto con mi porción de noche,
con este granizo de luz desprendido
de la Aurora,
y este gratuito silencio de la Ausencia.
Me estoy lavando el rostro
con la pura sombra de Dios.








Selección de revista Ómnibus, n°30, 2010







En esta fotografía: Roald Amundsen








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