FRONTERA SUR

Rewind, de Clemente Riedemann

(Valdivia, 1953)




Siendo apenas un chicuelo
fui instruido en la vulgaridad de las reformas
en el desprecio por la revolución.
En el Kindergarten había tipos que se burlaban de mí
porque no tenía cartuchera de cuero
sino un canastillo de plástico rojo
para transportar mi sanguche de muss con nata fresca.
Uno de esos forajidos es ahora alcalde de la ciudad.

O.K. muchachos vengan a bailar.

Sufrí crisis asmáticas hasta la edad de seis.
Diez años más tarde me pescó una tebecé.
Trastornos psicosomáticos al llegar la primavera.
En diciembre debuté en la cama de una chica.
A los veinte me pusieron corriente en los cocos.

O.K. muchachos vengan a bailar.


Contemplemos reunidos los hermosos amaneceres
que en televisión han preparado para nosotros.
Si cada mañana me levanto es porque estoy cierto
que la vida me adeuda los días más felices.
Y si acaso no fuese de ese modo mi destino
me levantaría lo mismo de todas maneras.




En Primer Arqueo, 1990



1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente relación entre biografía, historia y cultura popular, con la velocidad del lenguaje coloquial -y su radiante ironía- que convierte a la poesía en un poderoso instrumento de exploración de las realidades, las explícitas y las ocultas. Se puede leer bien (y comprender) en los buses, microbuses y taxis. No sólo en los monasterios.

18/2/08 05:46