(Punta Arenas, 1956)
Algunas tardes vuelvo a la cantina
donde él embriagaba su sonrisa provinciana.
Sus poemas saltan a mi memoria,
como huidizos y lejanos copos de nieve.
Recuerdo las calles
que recorrimos
mientras el viento
-aquel del sur y en el corazón -
nos decía
que éramos tan frágiles
como los rayos del sol
en un amanecer magallánico.
Algunas tardes
su nombre asoma en el vino que bebo.
Y es como una llama
que ilumina el camino,
ahora
que estoy solo
y los amigos se han ido
sin anunciar la fecha del regreso.
En Vagabundos de la nada: poetas y escritores en el bar Unión, 2003
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