Llegas a la escuela, niña lluvia, no dices buenos días.
El viento es una bandada de moscardones
zumbando en torno a niñas con nombre de flores
cuya única sortija posible
es esta gota de lluvia.
En la escuela de barro y tejas
el cielo aprende a ser ventana.
Los muchachos encienden la fogata
donde secar sus ponchos de colores
y asar haldadas de huevos silvestres.
La campana ahuyenta las tórtolas del acacio.
Los queltehues acusan a los muchachos
que les roban haldadas de huevos.
El moscardón del viento no deja de zumbar
en torno a Margaritas y Violetas
que llegan al colegio ensortijadas por la lluvia.
En Para Saber y Cantar, 1965
Fotografía: Héctor González de Cunco
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