(Rahue, 1967)
En la mañana se posesionaron de ti
dos achimallén.
Y te causaron tristeza.
Y te vinieron a ver
dos anchimallén.
Aunque te hubiesen llevado por toda
la tierra abierta,
cobrarás nuevos ánimos,
capitán de mocetones.
Confusa es la palabra del cuchillo
clavado en la tierra. Luminoso
el misterio
anterior a nuestras vidas.
Cabalgarás de nuevo en tu caballo,
Pillán de regiones celestes
Aún late en tus manos el corazón
del cordero
muerto en la mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario