Los delitos de la Biblia han sido hurtados
y puestos en la vigencia
y el hombre bueno y malo
pone al día sus relojes
y duele esa luz
esa vidriera ordenada bajo el luto
como un día de duelo
en que nadie llora
23
Yo no me opongo a la muerte fría
cuando viene de frente con maquinaria
yo me opongo a la muerte clandestina
que circula de noche
y ahorca el cuello durmiendo en la calle
lejos del hospital
a espaldas del poder y de las estrellas
que en el crecimiento de la muerte
engordan su luz
en este país de saltamontes.
En Antología Insurgente. La Nueva Poesía Magallánica, 1998.
Fotografía: Mariana Yampolsky
No hay comentarios:
Publicar un comentario