Soy la penumbra y a mi lado
se revela el hambre de mis manos.
Soy el rocío muerto
que aguarda su cuchilla
en la cripta del amanecer.
En el invierno ruge mi alma desvergonzada
pariendo cáliz,
mi enferma piel muere.
La tierra está llena de grandes días
la semana está llena de mi alma
mi cuerpo de despierta
atestado de lirones fruncidos,
mi rostro envejece,
el sofocado dedo insano se detiene,
al mismo tiempo se corrompe de oro
el brazo nocturno
con mariposas amontinadas
en las ventanas.
A mi espalda ruge
ruge un sollozo,
ruge tu mirada envenenada.
Pero desde un baúl escucho gritos
un viejo baúl de hojas encuadernadas
gritos divagando “son solo sarmientos”
son hojas ligeramente cuadriculadas.
Y tu piel en mi boca dice
que durante el grito de mi pueblo
la han ultrajado como una más
en esta madrugada
En Revista La Fosa nº4, 2006. Temuco
Fotografía: Christian Rodríguez Büchner
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