Un plato de madera una mañana
La luz sobre el cuchillo.
Silenciosas las manos campesinas
Degollarán la bestia entre los árboles.
Allá, relumbre verde,
El tallo de la espiga se hace estío.
Antiguos esplendores en el bosque.
Hablan de la tierra los hombres.
El pie desnudo como un palo.
Dice el viejo:
"Ahí no más. Clavad."
Ardores ciegos manan de la vena.
El solitario devorado por su muerte.
Finísimo un celaje de culebra.
Hormigas aterradas.
El signo va y viene entre los huesos.
Desnuda la garganta.
Rojo es el color de la vida.
Ríen las mujeres deseadas
Y beben de la sangre.
Es un cuenco de dicha primordial.
El vino, que representa al sol
Distribuye las ansias del amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario