Se revuelcan las yeguas en el pasto ovillo como jugando
como muriendo las yeguas.
No se paran las yeguas, yo digo es la malura,
yo digo alguien muere hoy
algo grande va a pasar aquí si no se paran pronto
estas yeguas mulatas
que me trajinan por el sistema arterial
por el hueso sacro
por el sistema cerebro-inmemorial
con toda la historia de la casa como las Polonesas
el Danubio y la Marcha Triunfal.
Las señales no mienten,
si no se paran las yeguas se nubla toda la suerte.
Naipe revuelto a estas alturas
nadie puede ordenar a los hijos del paraíso.
Todo es un galope de yeguas volteadas
sobre el óxido empastado de América del Sur.
En La gallina castellana y otros huevos, 1995.
Veo la suerte por las yeguas, de Delia Domínguez
(Osorno, 1931)
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1 comentario:
Que buen poema, siempre buenos textos en tu blog, de poetas que lamentablemente son desconocidos para la mayoría de nosotros, gran labor la que haces difundiendo todo este material. Saludos Vivi!!
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